Día en el campo, siesta en el sofá..

Días atrás unos amigos de los papás de la casa invitaron a la familia a pasar el día a un bonito pueblo del Pirineo Aragonés. Allí el pequeño Iván disfrutó mucho con su amiga Ángela. Los dos tienen gatitos en casa y se lo pasaron pipa contemplando los gatitos del pueblo que pasaban por ahí.

Y claro, mientras ellos saltaban y reían, yo me quedé en casita tranquilo, tan tranquilo que me quedé dormido. Tan dormido que pasaron las horas. ¡Que gozada!

Pero claro, después llegaron ellos, Iván a la cabeza. Yo estaba descansadito esperando verle para jugar con él pero Iván tenía otros planes para pasar el final de la tarde. El día había sido movido y su cuerpo necesitaba un descanso. Mientras él dormía a mi ya no me quedaban sueños que compartir, así que se me quedó esta cara. Aburrido si, pero en compañía.

¿Vosotros qué tal? Yo por aquí ando...

Un año y medio después vuelvo a tener tiempo para sentarme para escribir, ¡la vida se pasa volando!. Ya veis que tengo una nueva compañera en casa. Más que eso, es ya una amiga. Le gusta acariciarme el pelo y tocarme la cara. Y se ríe mucho, alguna vez conmigo y las más de mí. ¿Qué le voy a hacer? Me lo tomo con alegría. Por cierto, se llama Paula y tiene algo más de 9 meses.

Aquí en la foto estoy a su cuidado, bueno sus papas también están por aquí, pero yo por si acaso estoy al quite, que esta chiquilla se tambalea mucho y para mi que, de un momento a otro, echa a rodar. Je, je, ¡está tan rellenita como yo!

Los próximos días os contaré cosas de la gatita Paquita -¡menudo carácter gasta!. Y también del pequeño Iván, el hermano de Paula, y sus travesuras, que con una año menos que el Caillu ese de la tele es ya el doble de trasto.

Hasta pronto amigos.

Tón.